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Cuando nos olvidamos de nuestra parte en la Educación Sexual.

  • Ps. Massiel Martínez.
  • 13 ago 2017
  • 3 Min. de lectura

Creo que uno de los temas más complejos a los que nos vemos enfrentados como padres es cuando llega el momento de hablar sobre sexo (el otro tema es el duelo).

Cuando yo era adolescente o niña, si bien estaba poco a poco dejando de ser un tabú social, tengo que reconocer que no recuerdo de que me hayan hablado abiertamente sobre sexo, sexualidad y afectividad, más allá de lo que significaba que te llegara la menstruación.

Estas últimas semanas hemos sido testigos de las lamentables e impresionantes cifras que nos entregaba la Sociedad Chilena de Infectología a través del Ministerio de Salud sobre el aumento de VIH y otras Infecciones de Transmisión Sexual en nuestro país y sobretodo en la Región de los Lagos. Créditos Imagen: Google.

Inmediatamente se apuntó a la educación sexual en nuestro país, pero graves contradicciones nos ha demostrado que no estamos seguros de cual es la realidad de nuestros adolescentes y jóvenes.

El embarazo adolescente disminuyó en un 18% durante el año 2016 respecto al año anterior, según cifras del Registro Civil y se hacía eco de que la educación sexual escolar era uno de los grandes factores que habían incidido en su disminución, ya que las adolescentes comenzaron a utilizar métodos anticonceptivos cuya efectividad es de años. (¿Aplausos? ) Pero semanas después aparecen las alarmantes cifras de contagios por Infecciones de Transmisión Sexual y de forma inmediata se apunta a la falta de educación sexual escolar.

¿? Ok! Aquí hay algo que no suena bien, o es que ¿Sólo a mi hay algo que no me calza en todo esto?

Independiente de si el gobierno de turno es responsable de los programas de educación sexual hay un detalle no menor que no podemos olvidar: la responsabilidad que tenemos como padres o cuidadores de nuestros hijos o un niño y de cómo comenzamos a dirigirlos en cuanto a una de las temáticas más relevantes en la vida de un ser humano: la sexualidad.


¿Por qué cómo adultos nos cuesta tanto hablar con nuestros hijo sobre sexo? ¿Acaso no fue que a partir de una relación sexual que ellos nacieron? (en la mayoría de los casos) ¿Acaso nos da vergüenza? ¿De qué?


No nos debiera avergonzar hablar con nuestros hijos sobre esto, ya que la confianza que podemos transmitir y la información que les podamos entregar respecto a la sexualidad, es tan relevante como la educación escolar formal y puede ser incluso más determinante para las decisiones que estos, tomen en el futuro. ¿Quieres que tu hijo se entere de las cosas por internet? ¿Por la información que le entrega otro compañero? o ¿que empiece a experimentar sin medidas?


¿Con qué cara le reclamarías a tu hijo o hija haber dejado embarazada a la polola o estar embarazada, si jamás le dijiste una palabra respecto a la sexualidad? Decirle que tiene que usar condón, no es una conversación.


Es hora de que como padres nos sentemos con nuestros niños y adolescentes a hablar sobre sexualidad. Papá, mamá, abuela, abuelo, tío y tía, sácate la vergüenza. Por que lo peor que le podría pasar a tu hijo o hija no es traer un bebé al mundo, sino que se contagien una infección. La vergüenza pasará a ser lágrimas de dolor sobre una tumba, porque pudiendo hacer algo por tu hijo fuste incapaz de hacerlo.


Antes de responsabilizar de todo al estado, a las escuelas, seamos autocríticos y veamos en qué somos responsables nosotros de que estas cifran también hayan aumentado.


En un próximo post abordaremos las Infecciones de Transmisión Sexual y que sucede desde la psicología.

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