El Duelo Infantil (7 a 13 años).
- Ps. Massiel Martínez.
- 9 jul 2017
- 3 Min. de lectura

Créditos Imagen: Google.
En el post anterior, realicé una introducción a la temática del duelo en los niños, los mitos qué debíamos derribar, así cómo algunas herramientas para afrontar esta situación, tanto dolorosa para los adultos como para los niños.
Hoy la temática del duelo estará enfocado a cómo ayudar a los niños y preadolescentes de entre 7 y 13 años, a afrontar este proceso con mayores herramientas y con una mayor orientación en esta etapa transicional del ciclo vital.
En esta etapa es donde debemos enfocarnos a que el niño pueda comprender las circunstancias en la que sucedió la muerte y lo que lo rodea. Es por este motivo que los adultos deben estar dispuestos a responder las dudas y preguntas que estos posean, dándoles el espacio necesario para que estos puedan expresarse.
Muchos de los niños evitan tener mayor información respecto a las circunstancias que rodean a la muerte, así cómo también del proceso posterior, como lo es el velorio y funeral. Si el niño no desea participar de estas circunstancias, no lo obligue y respete su posición, pero déjele en claro que siempre tendrá la oportunidad para visitar al ser querido que ha fallecido en el cementerio, en donde podrá llevarle flores o un objeto personal o sólo darse la posibilidad de despedirse de esa persona. Siempre deje el espacio y la oportunidad clara a su hijo, agradecerá saber que cuando se sienta mejor, aún tendrá la oportunidad de hacerlo.
Hay otro grupo de niños que quieren saberlo todo y participar de todos los procesos, es aquí en donde debemos poner ojo, ya que pueden participar de estos , pero con ciertos reparos. Se les debe comunicar y contar todo lo que puede suceder, de esta forma el niño tendrá claro y estará preparado para lo que pueda ocurrir durante los ritos funerarios. Así cómo debemos de predecir si durante el funeral puedan ocurrir situaciones que puedan desestabilizar emocionalmente al menor, ya que de ser así, el niño puede salir dañado y provocar ciertos miedos, que finalmente pueden transformarse en traumas.
En cuanto a los preadolescentes, al momento de hablar sobre la muerte de un ser querido, impacta de forma positiva comparar la situación que se les presenta con otra que nosotros hayamos vivido, incluyendo el proceso de principio a fin, los detalles sucedidos, así como fue que nos sentimos y la evolución de estos sentimientos, para que ellos puedan asimilar que no están solos. Al igual que en el caso de los más pequeños, pueden participar del proceso de velatorio y funeral, dándoles la posibilidad de que puedan ser partícipes y colaborar del mismo si así lo desean. Sin embargo, si no lo desean, deben de dejarle abierta la posibilidad de visitar a la persona que ha fallecido en el cementerio las veces que desee hacerlo.
No sé les debe de imposibilitar el sentir, haciéndolo asumir de que cómo es más grande debe de mostrarse "bien y entero" para que el resto de las personas y familiares no se preocupen por ellos. Grave error. Se debe dar valor y espacio para que pueda sentir y expresar lo que siente. Si no desea hacerlo, se debe respetar su posición, pero siempre se debe estar disponible para cuando este desee llorar, hablar o necesite una muestra de afecto y hacerle saber que lo que siente es parte del proceso de duelo, no son emociones fuera de lo común. No sea insistente, sino quiere hablar no lo obligue, ya llegará el momento que quiera hacerlo.
Espero que este post les sea de gran utilidad y ayuda. Para cualquier dudas y consultas puede dejarnos sus dudas y preguntas en la sección de contactos, así como puede hacerlo a través de Instagram y Facebook.
Nos queda un último post sobre el duelo en la adolescencia.
Un abrazo fraterno.
Fuente: Hablemos de duelo: Manual práctico para abordar la muerte con niños y adolescentes,
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