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El Duelo Infantil. (3 a 6 años)

  • Ps. Massiel Martínez.
  • 8 jul 2017
  • 4 Min. de lectura

Créditos Imagen: Google

La muerte como tema, muchas veces es pasado por alto en las sociedades actuales. Es un tema que para lo niños, es más tabú que hablar sobre sexo y que sólo nos sentamos a conversar con nuestros hijos cuando sucede el fallecimiento de un familiar cercano, vecino o amigo.

Mientras esto no sucede, hacemos como si la muerte no existiese a pesar de convivir con ella a diario.


El duelo es el proceso por el que pasamos los seres humanos para adaptarnos a la rutina que teníamos antes de que la persona falleciera y que intentamos recuperar después de la pérdida de este ser querido.

No es de forma inmediata, como menciono, es un proceso que dura cierta cantidad de tiempo y que es variable de persona a persona, lo que lo hace único. Ningún duelo es igual a otro, ya que la forma de afrontarlo dependerá de múltiples factores. Por lo tanto es un proceso personal, qué implica adquirir recursos y herramientas para:

a) aceptar que la persona ha fallecido

b) identificar las emociones y sentimiento que acompañan a este proceso.

c) reconocer y aceptar que el ser querido que ha fallecido, ya no nos acompañará en nuestra rutina diaria.

d) identificar y reconocer la importancia que la persona fallecida tuvo en nuestras vidas para que esto nos permita continuar y afrontar este proceso.


Los niños no asumen el duelo ta y cómo lo hacemos los adultos, estos tienden a elaborar el duelo de una forma más rápida, pero todo depende de cómo reaccionemos los adultos que nos encontramos a su alrededor. Es por estos que es fundamental que el niño mantenga las rutinas que tenía antes de la muerte del ser querido y que siga ese ritmo.

El concepto de muerte, como tal, es más bien limitado y se va desarrollando a medida de que el niño va creciendo y va adquiriendo mayor información respecto a este tema. Es por esto que toda la información que los niños obtienen, viente de una fuente adulta, por lo que se debe de hablar cuidadosamente y de forma concreta, con ellos.


Derribando mitos.


-Si crees que él niño no entiende lo que está sucediendo, no es así. Los niños perciben los cambios que hay en su alrededor, incluso desde que son muy pequeños y al percibirlo, ya estará viviendo un duelo. Por lo que es muy necesario que al niño no se le anule, sino más bien que se le contenga, ya que la única forma en la que podrá elaborar esta situación es con la ayuda de un adulto.


-Tratamos de proteger a los niños, "haciendo como que no ha ocurrido nada" para evitar que sufran y decidimos alejarlos de esa situación dolorosa. De esta forma lo encerramos en una burbuja y lo desprotejemos ante situaciones futuras. Además, actuamos de forma egoísta porque les quitamos el derecho a despedirse del ser querido. Ayudarlos a afrontar la situación, permite que desarrolle habilidades y herramientas emocionales y así estar preparado para situaciones similares.


-Ante muertes trágicas, preferimos modificar lo que realmente sucedió. Para un niño, no será tan significativo si la persona murió de forma trágica o tras una larga enfermedad, a ellos les importará más el resultado: la persona ya no está.


¿Qué hacer ante la muerte de un ser querido?


-Permitirle sentir y ayudarle a identificar sus emociones. No iguales tus emociones con las de él, porque le quitas la importancia y la valoración que él le entrega a sus propias emociones.


-Respetarle el derecho de hablar con quién quiera y cuando quiera. Por ningún motivo obligues al niño a hablar de algo que en este minuto no quiere.


-Si está enojado, no quiere hablar, está molesto, o tiende a explotar, respeta sus tiempos y su forma de expresarse.


-Si quiere hablar de la persona fallecida constantemente o lo recuerda de forma continua, no lo anules pidiéndole que no lo haga más, está tratando de elaborar el duelo con las herramientas que posee y va adquiriendo.


-Háblale de forma clara y concreta. Adapta tu lenguaje con palabras que él pueda entender.


-Aclararle que la persona fallecida, ya no sufrirá, que no comerá ni tendrá sed. Esto permitirá que el niño no se preocupe por estos temas. Por lo tanto es necesario evitar frases como; "está en un lugar mejor", "nos cuida desde el cielo", "te ve siempre". De esta forma podrá comprender que la persona fallecida, ya no respira, ni come ni duerme.


- Es necesario evitar las metáforas y es mejor explicarle el tema con ejemplo concretos; el más práctico es el de los animales o que le sean familiares al niño.


-Evitar las explicaciones científicas y complejas. Lo confundirá. Así que Ud no lo haga.



Espero que este post les sea de gran ayuda a padres y familias que estén viviendo la pérdida de un ser querido y tengan niños de esta edad. En un próximo post abarcaremos entre los 6 y 10 años y en un siguiente el duelo en la adolescencia.


Un abrazo fraterno.

Fuente: Hablemos de Duelo. Manual Práctico para abordar la muerte con niños y adolescentes.

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